In the Garden, Benglis makes use of the water features by installing recently-created monumental fountains. Beginning in the 1960s with her poured latex paintings, for which the artist dripped and poured pigmented latex directly onto the floor, Benglis has been concerned with reconciling states of liquidity and solidity. By the early 1980s, with her first fountain developments, Benglis incorporated actual movement and flow into her work (as opposed to the static image or illusion of it). The added element of water over the surfaces of her sculptures further underscores the impression of gestural and spontaneous processes inherent in her latex and polyurethane pours of the 1960s and 1970s and gives the appearance of an object in continual transformation.
Installed inside the Nasher, large bronze sculptures based on earlier ceramic works represent the importance of metal casting in Benglis’s practice—something she has engaged in since the early 1970s—while several works from her series of wall-based chicken wire, paper, and glitter sculptures demonstrate the artist’s commitment to surface ornamentation and engagement with issues of artistic taste and value. The exhibition's focus on new and recent work by the artist traces Benglis's long-abiding interests in gestural and organic forms and her use of casting as a means of extending her working process, enabling her to explore variations of surface, color and scale.
Multimedia
Lynda Benglis & Monumental Process
Since her initial experiments in latex and foam, Benglis has established a groundbreaking career making works in an array of materials and across the mediums of painting, sculpture, installation, and video. For her exhibition at the Nasher, Benglis selected three bodies of new and recent work that demonstrate the breadth of her still very active practice.
Lynda Benglis is made possible by generous support from Cheim & Read and the Dallas Tourism Public Improvement District (DTPID).
A lo largo de sus cinco décadas de carrera, Lynda Benglis ha creado esculturas con una amplia gama de materiales que exploran la fisicalidad de la forma y sus efectos en el espectador. Para su exposición en el Nasher, Benglis destaca tres cuerpos de trabajo en medios tan diversos como el bronce tradicional y la purpurina decorativa.
En el Jardín, Benglis aprovechará los elementos de agua instalando fuentes monumentales de reciente creación. Desde la década de 1960, con sus pinturas de látex vertido, en las que la artista goteaba y vertía látex pigmentado directamente sobre el suelo, Benglis se ha preocupado por conciliar estados de liquidez y solidez. A principios de la década de 1980, con sus primeros desarrollos de fuentes, Benglis incorporó a su obra el movimiento y el flujo reales (en contraposición a la imagen estática o la ilusión del mismo). El elemento añadido del agua sobre las superficies de sus esculturas subraya aún más la impresión de procesos gestuales y espontáneos inherentes a sus vaciados de látex y poliuretano de las décadas de 1960 y 1970 y da la apariencia de un objeto en continua formación y deformación.
Instaladas en el interior del Nasher, las grandes esculturas de bronce basadas en obras anteriores de cerámica, representan la importancia de la fundición de metales en la práctica de Benglis –algo que ha hecho desde principios de los años 70–, mientras que varias obras de su serie de esculturas de pared, de alambre de gallinero, papel y escarcha, demuestran el compromiso de la artista con la ornamentación de la superficie y su compromiso con cuestiones de gusto y valor artístico. La exposición, centrada en obras nuevas y recientes de la artista, sigue el interés de Benglis por las formas gestuales y orgánicas y su uso de la fundición como medio para ampliar su proceso de trabajo, permitiéndole explorar variaciones de superficie, color y escala.
Multimedia
Lynda Benglis & proceso monumental
Desde sus primeros experimentos con el látex y la espuma, Benglis ha desarrollado una carrera innovadora realizando obras en una gran variedad de materiales y en los medios de la pintura, la escultura, la instalación y el vídeo. Para su exposición en el Nasher, Benglis ha seleccionado tres conjuntos de obras nuevas y recientes que demuestran la amplitud de su práctica todavía muy activa.
Lynda Benglis es posible gracias al generoso apoyo de Cheim & Read y el Dallas Tourism Public Improvement District (DTPID).